Un Intérprete de Lengua de Signos, es un profesional competente en dos lenguas, la de signos y la oral. Su función es igualar la situación de comunicación entre las personas sordas conocedoras de la lengua de signos y las que no lo son, por lo tanto es capaz de interpretar los mensajes emitidos en una de esas dos lenguas a su equivalencia en la otra de forma eficaz.
Función del intérprete
- Puente comunicativo entre las dos lenguas.
- El intérprete sólo transmite la información con el objeto de igualar la situación comunicativa entre dos usuarios.
- Dentro de esa función, el intérprete debe adaptarse a las características de cada usuario (si es disléxico, a sus niveles comunicativos, su edad, su competencia en LSE…).
Objetivos del intérprete
- Eliminar las barreras de comunicación entre personas sordas y oyentes.
- Facilitar a la persona sorda el acceso a la información en la lengua propia de su comunidad.
- Favorecer la independencia de la persona sorda al poner a su disposición toda la información, lo cual la sitúa en igualdad de oportunidades con respecto a cualquier persona.
- Reconocer y hacer efectivo el derecho de acceso a la comunicación e información de las personas sordas.
Curiosidades entorno a la figura del intérprete
Entorno a su imagen personal:
- Ropa oscura (negro, gris, burdeos, verde oscuro…), colores que contrasten con el color de la piel.
- No debe llevar vestimenta con colores vivos o estampados, como rayas, cuadrados u otros diseños que puedan causar molestia visual.
- Evitar accesorios excesivos en el cuerpo, como pulseras, collares, pendientes grandes o cualquier objeto que pueda producir reflejos.
- Evitar que el cabello tape la cara.
- No llevar bigote ni barba.
- Observar las interpretaciones durante largos periodos de tiempo, provoca inevitablemente fatiga visual, por ello se debe proporcionar un fondo claro.